martes, 19 de abril de 2011

¡Desperté! Eso creo...


¡Desperté! Eso creo,
aunque no quisiera hacerlo cada que con tus besos sueño,
cada que mi almohada simula tu cuerpo,
no me dan ganas de poner un pie bajo la cama,
cuando busco prolongar todo esto.

Pero el sol terco indica el día en mi cara,
como si lo disfrutase tanto como a tus besos,
aviento por la ventana al día,
cierro las cortinas,
me tiro a la cama, cierro los ojos  y comienzan las fantasías.

Me pregunto si antes de dormir besas a la luna,
o  ¿por qué me saben tanto tus labios a eso?
Son delicados, húmedos, como deben serlo.

En verdad me gusta cómo mis besos aprenden a volar hacia tus labios,
cómo obligan a mis manos y a mis piernas a buscarte pronto y sin miedo.

¡Ay mujer!
Estás desvelándome  las ganas de ir por un beso.
Dime qué me has hecho,
las noches yo las usaba para dormir,
ahora las ocupo soñando con tus besos.

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